El flujo de caja o cash flow es un concepto financiero que mide los recursos de efectivo generados por la empresa en un momento determinado, dándonos un detalle de los flujos de ingresos y egresos de dinero.

La diferencia entre ambos se conoce como saldo o flujo neto y nos sirve de indicador de la liquidez de la empresa de manera que, si el saldo es positivo, nos indica que los ingresos del periodo fueron mayores que los egresos o gastos y si es negativo, el caso contrario, los gastos superaron a los ingresos.

El flujo de caja nos permite tomar decisiones tales como el momento adecuado de comprar mercadería, solicitando crédito o al contado, si podemos pagar o realizar inversiones, etc.

Con el fin de elaborar un flujo de caja, debemos contar con la información de ingresos y egresos que se encuentra en los libros contables y que nos permite conocer los saldos del periodo y proyectar los flujos de caja hacia el futuro para tomar decisiones estratégicas.

Diversos métodos, como el adelanto de cobros y el arrendamiento, nos facilitan la gestión del flujo de caja.

En el caso del adelanto de cobros, trataremos de adelantar el  periodo de aplazamiento de los pagos a nuestros clientes. Se hace necesario, además, apoyarnos en una herramienta software adecuada que  nos facilite y optimice esta tarea.

Si optamos por el arrendamiento en lugar de la compra, aumentaremos nuestra liquidez y no tendremos que realizar inversiones que suponen una inmovilización de recursos que podrían utilizarse en otras actividades. Fórmulas de arrendamiento como las que nos ofrece IBM Global Financing, nos permitirán alcanzar nuestros objetivos.