Los militares de EEUU, para garantizar el rendimiento de los equipos que van a utilizar, crearon el método de certificación militar, MIL STD, que sirve para definir las pautas y directrices bajo las que se deben fabricar dichos aparatos, incluidos los informáticos.

El ámbito de uso de estos equipos ha pasado del militar al civil y abarca desde el educacional hasta el de la ingeniería o arquitectura e incluso médico. 

De esta manera, estos equipos son capaces de resistir condiciones extremas, como altas temperaturas o frío bajo cero; muchas humedad o pleno desierto, con el riesgo añadido de la arena que pueda penetrar en el equipo.

Las directrices de la certificación MIL STD incluyen los componentes permitidos y los rangos de condiciones medioambientales que los dispositivos deben tener para funcionar cumpliendo dichas directrices.

La última versión es la MIL-STD-810G(2008). Se trata de una norma de pruebas para equipos robustos o rugerizados. Aquellos equipos que la pasen, garantizan su durabilidad y resistencia frente a prácticamente cualquier condición medioambiental.

Algunas de las pruebas a las que se someten a los equipos consisten en un test de choque mecánico para evaluar la capacidad de soportar los choques mecánicos de las fuerzas aplicadas o un cambio brusco de movimiento debido a su manipulación, transporte u operación sobre el terreno.

De igual forma, se analizan los efectos de la baja presión en los parámetros de diseños operativos o no operativos. También se determina la capacidad del dispositivo para operar en una atmósfera explosiva y se simulan condiciones medioambientales como niebla salina y ambiente de sal.

Como ejemplo de equipo que cumple con esta certificación, podemos señalar el Lenovo X1 Carbon, que combina ligereza y una resistencia extrema.